MI EXPERIENCIA CON EL CHINO MANDARÍN

hanzi

Mi primer contacto con el chino mandarín fue allí por el año 2008. Estaba metida de lleno en los últimos años de universidad cuando descubrí un juego para la famosa Nintendo DS con el que aprendí algunas expresiones y caracteres chinos. 你好 (nihao) y 谢谢 (xiexie) se convirtieron en los imprescindibles para ir a mi restaurante chino favorito y poder saludar a la simpática dueña. 

 

Unos años después, y gracias a uno de los casos prácticos que tuve que presentar en el máster, pude profundizar un poco más en su cultura y en aspectos más relacionados con el marketing como las necesidades del mercado, sus hábitos de consumo, la importancia de la simbología de los colores en el packaging, etc.

 

Sin embargo, no ha sido hasta casi una década después, desde esa primera toma de contacto, cuando ha comenzado este viaje. La experiencia, la calma, las ganas y la motivación por aprender, han hecho que esté disfrutando todavía más del momento.

 

¿Cómo elegir centro de estudios?

 

Nini Laoshi

 

Uno de los aspectos que más condicionaron y retrasaron mi aventura fue, sin lugar a duda, la elección del centro de estudios.

 

Castellón es una ciudad relativamente pequeña, por lo que hasta hace unos años, no había mucha oferta. Existía la Escuela Oficial de Idiomas, y sabía que allí daban clases de chino, pero desde el primer momento tuve muy claro que ese no era el centro dónde quería estudiar.

 

He pasado mucho años en la EOI de Castellón, y estoy muy contenta con el inglés que allí  aprendí. Sin embargo, para un idioma tan complejo como el chino mandarín, estaba totalmente convencida de que el plan de estudios y su filosofía no encajaban con lo que personalmente estaba buscando. Entre otros aspectos, por el número de alumnos en el aula y porque no tienen suficiente flexibilidad como para compaginar las clases con mi horario laboral. Así que, descarté la idea prácticamente desde el principio.

 

Después descubrí el Instituto Confucio de Valencia, pero me ocurría exactamente lo mismo. Los horarios no encajaban mucho con mi situación y, además, estaba el handicap de la distancia. Así que, una vez más, me quedé con las ganas.

 

No fue hasta hace aproximadamente dos años, cuando descubrí Nini Laoshi, el centro de lengua y cultura china de Castellón donde estoy estudiando. Prácticamente, desde la primera toma de contacto con Rebeca tuve claro que había acertado. Todo fueron facilidades y ventajas: flexibilidad de horarios, clases prácticamente particulares y un nivel alto de exigencia.

 

Rebeca, o Nini (como le llamamos los alumnos), tiene una gran vocación por la enseñanza y le apasiona su trabajo. Todo ello se ve reflejado en la forma de enseñar, de apoyar a sus alumnos y de ayudarles a que el camino sea lo más alentador posible. Además, su plan de estudios es muy exigente, por lo que los resultados académicos son extremadamente buenos.

 

Un ejemplo de ello, y aunque parezca mentira, es que gracias a su plan de estudios, en poco más de seis meses, conseguí examinarme del primer nivel del idioma, obteniendo así mi título oficial con unas calificaciones excelentes. Además, para ese primer verano, mi compañeros y yo éramos totalmente capaces de leer libros, adecuados a nuestro nivel, totalmente en caracteres y sin el famoso Pinyin. Algo que de no ser por el empeño y la constancia de Rebeca, estoy convencida de que no lo habríamos conseguido.

 

¿Profesor español o nativo?

 

Profesor

 

Si estás pensando en estudiar chino, imagino que también te habrás hecho esta pregunta y estarás valorando qué tipo de profesor necesitas. Según mi experiencia, me he dado cuenta de que durante los primeros años, en los que empiezas a tomar contacto con el idioma, es mejor un profesor español que pueda explicarte, en tu propio idioma, las peculiaridades del lenguaje y su gramática.

 

El chino mandarín es bastante complejo, por lo que vas a agradecer mucho que tu profesor pueda ponerte ejemplos o sea capaz de hacer comparaciones con casos parecidos de la gramática española. Al fin de cuentas, es lo que te va a ayudar a hacerte una idea real de cómo funciona el idioma.

 

Sin embargo, una vez has adquirido un buen nivel con el que ya puedes defenderte, tener un profesor nativo te ayudará a mejorar tanto la fluidez en el habla, así como a agudizar el oído. Aunque si eres bastante aventurero/a, no hay nada mejor que coger un avión, reservar unas clases y plantarte en el país para tener un contacto directo con el idioma y su cultura.

 

¿Existe algún título oficial?

 

Banderas internacionales

 

El YCT, HSK y el HSKK son los tres exámenes oficiales de chino que están certificados por el HANBAN. Un organismo no gubernamental, sin ánimo de lucro, que se dedica a la promoción del idioma chino y a la difusión de su cultura. Estas pruebas tienen varias convocatorias durante el año y certifican, con un reconocimiento internacional, el nivel de la lengua oral y escrita en cualquier institución académica china.

 

El YCT o Young Learners Chinese Test es el examen específico para los más pequeños y adolescentes. Esta certificación cuenta con 4 niveles, cuyo nivel más alto se corresponde con el B1. Por lo que una vez superados, los alumnos son capaces de comunicarse en la vida cotidiana y tienen nivel suficiente para poder continuar sus estudios en China.

 

Por otro lado está el HSK, Hànyu Shuïping Kâoshi, dirigido a adultos no nativos de la lengua china. Es el examen oficial internacional estandarizado que consta de 6 niveles, de comprensión oral y escrita, a través de los cuales se va exigiendo un número mayor de reconocimiento de caracteres chinos. Parte de 150 caracteres en su nivel inferior, HSK1, hasta más de 5000 en el nivel superior, HSK6. 

 

Al igual que ocurre con el YCT, con un nivel HSK4, los alumnos adultos deberían ser capaces de comunicarse en la vida cotidiana e incluso estudiar cualquier grado o postgrado en el país.

 

Por último, tenemos el HSKK, Hànyu Shuïping Kâoshi, un examen que determina la capacidad de expresión oral del alumno. A diferencia de los dos anteriores, sólo existen tres niveles: nivel inicial, correspondiente al A1-A2; nivel intermedio, correspondiente al B1-B2; y por último el nivel avanzado, correspondiente al C1-C2.

 

En Valencia, el Instituto Confucio generalmente realiza los exámenes el último sábado del mes de mayo. Así que, ahora mismo, todos los que nos presentamos al examen estamos aprovechando la última semana para memorizar caracteres chinos y hacer casos prácticos. No obstante, podemos hablar en futuras entradas con mayor profundidad de algunos métodos de estudio.

 

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Nos vemos en la siguiente entrada.

再见

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